El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de forma natural en numerosos tejidos de nuestro organismo (humor vítreo, articulaciones, piel, etc). Una de sus principales características es su capacidad de retener grandes volúmenes de agua, por lo que se utiliza en cosmética para aportar hidratación a la piel.
En medicina estética se utiliza en forma de inyección en la dermis para reducir e incluso eliminar pequeñas arrugas, para reducir arrugas de expresión y surcos profundos, y para dar más volumen a algunas zonas del rostro como pómulos, mentón o labios. En sus formas menos densas lo podemos utilizar para aportar hidratación y tersura a la piel, redefiniendo el óvalo facial.
Una de las múltiples ventajas del ácido hialurónico es su biocompatibilidad, que nos permite utilizarlo con seguridad sin necesidad de efectuar previamente un test de tolerancia.
La duración de los resultados dependerá de la densidad y reticulación del producto, viniendo a ser de alrededor de un año, pasado el cual será conveniente realizar una nueva inyección del mismo.
Los últimos estudios dermatológicos realizados en EEUU demuestran que aunque el producto desaparezca a partir del año del implante, se encuentra una mayor cantidad de colágeno en la zona tratada.
Todo lo anteriormente expuesto nos permite afirmar que el ácido hialurónico es una sustancia excelente para mejorar el aspecto de nuestra piel y disminuir los efectos del paso del tiempo en la misma tanto a corto como a medio y largo plazo.
Autor: Dr. Carlos Cardona.